Editorial

Irresponsables al volante


A veces sentimos que nuestro corazón no aguanta más, que ya no da más con tantas cosas. Aún no nos repusimos de la pérdida de un amigazo como lo fue José ZABOISKI cuando en menos de 48hs tuvimos que darle el adiós a dos nuevos amigos, Tumba y Gualberto.
Y el dolor hace que nuestras almas hoy estén sensibles y que todo se vea de otra forma de otro color.
Gran Rosario emprendió hace algunas ediciones atrás una campaña de concientización vial y sensibilidad ciudadana, de la cual aún pocos comentarios hemos recibido. Pero sentimos que todo es poco, cuando de vidas en riesgo se trata.
Según datos de la Asociación “Luchemos por la Vida”, la provincia de Santa Fe
es la segunda –después de Buenos Aires– con más accidentes de tránsito,
registrando 707 muertes por accidentes en el año 2007 (un promedio de casi 2
por día).
El problema es de magnitud, y no es ajeno a la ciudad de Villa Gobernador Gálvez, Rosario, Alvear o Pueblo Esther.
El martes a la tarde cuando íbamos en el acompañamiento fúnebre hasta el cementerio ocurrió un hecho que nos hace mirar hacia adentro y hacia afuera en un segundo.
Sobre el camino a Cargil marchábamos a paso lento mas de 25 autos, de pronto el primer coche cargando las coronas sufre un pequeño accidente, en una de las curvas se le caen todas ellas, por lo cual todos frenamos tranquilos y con balizas puestas esperamos que se recogieran para seguir nuestro camino.
Apenas arrancábamos cuando nuestros corazones llenos de dolor se desgarraban por lo que veía. Un camión con acoplado a toda marcha nos pasaba por el carril continuo (contramano) mientras venían autos de frente. Éstos debieron correrse a la banquina inexistente corriendo el riesgo de caer a la inmensa zanja que custodia al camino.
Al camión lo secundaron trafic, autos, chatas… poniendo en riesgo la vida de todos incluso la de ellos mismos.
¿Cuál era la prisa de éstos conductores?, ¿Qué sensibilidad por la vida tienen?, ¿Qué tanto valoran su vida y la del prójimo?, ¿Dónde está el respeto por el dolor ajeno?
 
Llendo a la ley:
Cuando hay doble raya amarilla no se puede pasar a un auto
Tampoco esta permitido usar las banquinas para avanzar como carretera auxiliar.
Los cortejos fúnebres no se cortan, es en el único momento que se puede pasar un semáforo en rojo si el cortejo aún no termino de pasar.
Las velocidades máximas se hicieron para no sobrepasarla.
En curvas o subidas no se puede pasar otro vehículo.
 
Nos preguntamos:
¿Dónde está la sensibilidad de las personas?
¿Dónde quedo la responsabilidad del conductor?
¿Quién controla esa ruta?
¿Sirven las campañas de educación vial?
¿Cómo lograr cambiar la manera de conducir de muchos?
¿Cuántas vidas más se deben perder en accidentes de tránsitos?
El respeto por la vida del prójimo debería ser premisa en nuestra ciudad, en nuestro país.

Instalar como necesario un compromiso público y social para resolver esta problemática creemos que debe ser el tema en discusión por éstos días.
Los tres componentes que interactúan en el sistema del tránsito (el ser humano, el vehículo y el ambiente), es el ser humano el causante principal de los siniestros de tránsito.
La educación constituye uno de los pilares de acción pública para la seguridad vial y la prevención de accidentes.
Prevenir es formar ciudadanos responsables que transitan: peatones, ciclistas, conductores de automotores.
Prevenir es educar a niños, jóvenes y adultos para que estén preparados para cuidar nuestra propia vida.
Debemos construir una ciudad y una sociedad más segura y saludables.
Pero también las calles señalizadas e iluminadas, las escuelas protegidas, los semáforos que habilitan el paso, los dispositivos que regulan la velocidad, los cruces y sendas peatonales, el estacionamiento ordenado, las medidas de control, suponen condiciones reales de posibilidades de prevención de accidentes y de promoción de la seguridad vial.
Seguridad Vial un Cambio de Actitud donde todos somos protagonistas


Nanci Zappalá